que la mejor terapia
es añadir unas gotas de locura,
de locura comedida,
a este mejunje incomprensible
de vivencias
de sentimientos
de recuerdos
y de sueños
que configuran nuestra vida;
dejando que,
de vez en cuando,
estas gotas se desmelenen,
salten, bailen, canten
y griten,
explosionando en una ruidosa carcajada
que le planta cara al mundo
y que no se amedrenta
ni le asusta lo desconocido,
que tiene planes
e ilusiones.
Gracias por ayudarme a recordar
que pese a la apariencia grotesca de este mundo,
existen personas como tú.