sábado, 10 de julio de 2010

A la aventura

Me bajo aquí mismo sin saber donde, solo porque parece el centro. Busco mapas en las marquesinas de los autobuses para intentar no estar tan perdida. Voy preguntando a las camareras de los bares dónde estoy y como llego a otra parte. Subo más de trescientas cincuenta escaleras con la mochila al hombro. Me quemo por el sol. Busco conchas en la playa y salto las olas del mar. Fotografio catedrales, cócteles y a Irene en la plaza mayor. Me da miedo, pero disfruto. Me gusta sentir ese miedo que crea la confusión, la incertidumbre, la sorpresa de encontrar cosas nuevas.
Sin embargo, cuando tengo miedo, miedo de verdad, ese miedo que no es divertido, solo puedo ir a un sitio. Es al único sitio al que iría a ojos cerrados, sin necesidad de buscar nada que me indique el camino, porque lo conozco perfectamente. Es un lugar cálido y blandito, que me arropa como a una niña y me hace sonreir.
Supongo que ya sabrás donde está ese sitio. No te lo lleves.


viernes, 9 de julio de 2010

Aceptación total

Eso es lo que parece. Al fin no se asemeja a un entramado de engaños que uno se impone sino que es totalmente real y totalmente pacífico. No hay lucha interna entre bandos opuestos ni pensamientos negativos que asedien mi tranquilidad y mi seguridad. Parece que por fin me he acostumbrado a manías y fobias ajenas varias. No sé si me parece bien. Sería como desestimar mi apreciación personal y mi punto de vista situacional en favor de un equilibrio y bienestar tal vez pasajero. Ecológicamente está claro que es la opción más adecuada, pero,¿qué hay del propio orgullo y del gusto que produce pensar como uno piensa (aunque pueda ser destuctivo a veces)? En esta ocasión creo que prima el bienestar. Hay demasiadas cosas en juego como para perder el tiempo dejando que mi propio negativismo me invada y tenga que invertir mis esfuerzos en liberar una batalla interna de bandos.
Desde fuera, bien puede parecer que he alcanzado un nivel de orgullo tal que no flaqueo en lo que solía flaquear, o bien que se me ha olvidado lo que me solía hacer flaquear. Pero nada más lejos de la realidad. Se trata de una aceptación totalmente pacífica que vino a mí sin avisar y sobre la que apenas tuve que pensar. Recuerdo las mismas cosas que solía recordar, pero de forma tranquila,sonriente y sin angustia. Creo que me estoy volviendo más estoica y más segura a cada paso que doy y a cada experiencia que me toca vivir.

"Me he tumbado en medio del camino para disfrutar de todo lo que se me olvida cuando camino hacia un objetivo fijo...pero sin olvidarme de él y recordándolo día tras día"


domingo, 4 de julio de 2010

Artificial

Es inutil remover lo poco que me queda del pasado. A veces se enciende, otras veces no, permaneciendo en el silencio y oscuridad del fondo de la memoria. Son recuerdos que no quieres que resurjan. Algunos porque te hacen sentir una ira homicida hacia la persona que tienes justo sentada delante de tí, a la cual le viene justo para recordar como se llama. Pero yo todavía recuerdo el desprecio con el que me miraba y con el que me sigue mirando a pesar de todo. De niña, tal vez me engañaste, pero no ahora. La inocencia te la van arrancando poco a poco, clavando las uñas en la carne. Ahora, como mucho, vas a conseguir que yo también te mire así (y que la razón además la tengo yo). Otros recuerdos, simplemente crean confusión. Despiertan sentimientos dormidos, deseos que no fueron atendidos en su momento y quedaron adormilados por la llegada de nuevos deseos. Recuerdo la de cosas que he hecho, la de oportunidades que he tenido delante y que no he sabido aprovechar. Locuras adolescentes y sentimientos desbordados, dificilmente controlables. Ahora, por suerte, canalizados, descifrados, asimilados y cambiados, no por mi misma, sino por ellos mismos, en conjunción con la llegada de más sensaciones.
Por desgracia, no hay marcha atrás. Las cosas están como están y no puedo hacer nada; el presente no es buen momento. Me gustaría que fuera un recuerdo. Algo que sucedió cuando debía suceder y que pudiera recordar con cariño.
Todos tenemos un momento, un pequeño instante durante el cual la oportunidad pasa delante de nuestras narices. Es cosa nuestra tomarlo o dejarlo, pero una vez pasado, ya no hay marcha atrás. Por eso, todavía, cuando ves aquello que simboliza el recuerdo que pudiste tener y no tienes, el estómago se encoje

viernes, 2 de julio de 2010

Punto y seguido.

Empezó como acabó, volvió a empezar como empezó y, como era de esperar, acabó igual que acabó....¿?Y volverá a empezar como empezó, como siempre empieza¿?

"NosLeimosLasCartasDeAmorGuardadasEnLaMiradaDeLosOjosQueAnsiososBuscanUnasManosQueApretar Nos SentíamosDemasiadoSolosParaContinuar ElTiempoApremiabaYNosRobabaLosBesos SubíAlDesvánDeLaAceptaciónYMeMarché,AunqueNoConLo Puesto TuTeFuisteDíasDespués HagamosDelOlvidoPrincipioFundamentalYBusquemosPazSinNecesitarnosMutuamente.HorasMuertasPasanPorElBalcónARitmoLentoMientrasLasNubesSeApoderanDelBrillanteSolAntiguo EnElFondoAnsiamosVolverAlBosqueDeÁrbolesBlancosVerdesOMarronesSegúnElDíaYAlMullidoSueloDeLaAlcoba
EstaHistoriaAcabaDondeEmpiezaUnPapelEnBlancoDondeAmbosPintamosPorIgual
EstaHistoriaEsUnContinuoPuntoYSeguidoParaDos.

TanSoloEsperoQueNoSeConvierta
EnPuntoYAparte."