martes, 25 de mayo de 2010

Reflexión 5

"- Bueno, y cómo lo llevas?- me preguntó mientras ojeaba las fotos que tenía puestas en la pared adornando mi habitación. Desde siempre me ha gustado llenar la parede de cosas, sobre todo de fotos. La luz de la mesita de noche tintineaba. Sabía que debía comprar una lámpara nueva, pero no quería desprenderme de ella. Me la había regalado mi abuelo, así que tenía mucho valor sentimental para mí, sobre todo desde que él ya no estaba. - Pues bueno, es algo dificil de aceptar, sobre todo cuando no quieres hacerlo- le respondí. - Es cierto. Es realmente costoso aceptar que estamos solos, pero es necesario. Todos lo estamos a fin de cuentas. Nacemos solos y desde que comenzamos a ser conscientes, nos pasamos la vida tratando de encontrar a alguien. Se llenan la boca diciendo que somos seres sociales. Sí, claro que lo somos, pero eso no significa que no estemos solos. Necesitamos a la sociedad, aunque solo sea para llegar a ser personas, aprender a hablar, saber que tenemos que ducharnos y utilizar la cuchara para comer la sopa. Podemos tener amigos con los que vamos al cine, estudiamos o salimos de fiesta. Pero a fin de cuentas, seguimos estando solos. La gente viene y va, me atrevería a decir que nadie permanece, salvo nosotros mismos. - Es demasiado triste como para aceptarlo. De hecho, todavía no he decidido si quiero hacerlo- confesé. Me levanté a intentar arreglar el constante tintineo. Toqueteé la bombilla pero al hacerlo me quemé, como era de esperar. Maldita manía mía de no pensar antes de actuar o bien de pensar demasiado y no actuar. Pocas veces encontraba el término medio. - Considero que no deberías engañarte. Tampoco creo que sea algo negativo. Simplemente es; es así y debemos aceptarlo tal y como viene, dado que es de esas cosas que, aunque nosotros nos consideremos capaces, no podemos cambiar, como otras muchas cosas. Viene escrito en nuestra esencia. Aceptarlo, es cuestión de supervivencia. Sino, nos estaremos engañando continuamente, y dedicaremos más esfuerzos a tratar de no sentirnos solos que a hacernos más fuertes para el día a día, que es lo que nos interesa realmente-. Se puso colorada, encendida, como siempre que defendía su postura, elocuente y racional. Todo lo contrario a lo que yo era. Lo cierto es que no hablaba mucho. No confiaba en la gente. Sin embargo, conmigo si. Conmigo siempre dejaba fluir sus ideas, sus pensamientos sin cortapisas. Creo que lo hacía porque era la única persona que la escuchaba, que la escuchaba de verdad. Últimamente, se estaba tomando muchas molestias en trasladar su punto de vista al mío. Quería que reaccionara, que dejara de ser tan "sentimentalona y debilucha", como ella me llamaba. Desde que recuerdo, plasmaba sus inquietudes sobre mis ojos, pero nunca había tratado un tema con tanta vehemencia ni había intentado que cambiara mi parecer. Había algo detrás de toda esa insistencia y de ese interés particular. Pero me sería imposible adivinarlo, a menos que ella me lo dijera, pues siempre había sido dura en esencia, impenetrable. Recuerdo aquella época que tuve en la que lloraba día sí y día también sin saber el motivo. Jamás se compadeció de mí ni me prestó uno de sus escasos abrazos. Me miraba como si no me entendiera, fría e impasible a todo, como siempre. Reconozco que muchas veces la envidiaba, aunque no me gustara lo que decía, como en esta ocasión. No quería pensar que estaba sola. Me gustaba pensar que había mucha gente que me quería, que disfrutaba con mi compañía y con la que podía contar en momentos de alegría y también de aflicción. - Joder, es que no me entiendes! No me refiero a ese tipo de cariño-afecto del contacto. Me refiero a la incondicionalidad, a ese "voy a estar ahí siempre". Eso nadie puede cumplirlo. Prometerlo sí, claro, a la gente se le da muy bien mentir y creérselo. La única manera de evitar la soledad, con la soledad duradera, la de verdad, es contar con la incondicionalidad de alguien. Y, siento mucho tener que decirtelo, pero nadie cuenta con eso. Las traiciones están a la orden del día, incluso entre las personas que dicen que se aman y la capacidad para perdonar sin pasarse todo el tiempo recriminando también brilla por su ausencia. De modo que la incondicionalidad es una utopía...Luchar por ella es perder el tiempo.-
Cuando por fin se fue de casa, me quedé pensando largamente en sus palabras. Rebosaban racionalidad y eran perfectamente comprobables. Todavía una parte de mí se resistía a creerlo, pero tal vez había llegado el momento de aceptar que realmente sí estaba sola..."

lunes, 24 de mayo de 2010

Reflexión 4

"-No sabes lo que supone para mí que me digas esas cosas-le dije. Era un día cualquiera, no había sucedido nada fuera de lo normal. Había amanecido de nuevo. El sol brillaba con fuerza, pues era ya mediodía, aunque desde la ventana de su cuarto no se apreciara. Volví a abrir los ojos, sonriendo, con la seguridad de que seguía allí. Todavía dormía profundamente, tumbado boca abajo muy cerca del borde de la cama, con su carita de niño contra la almohada. Es sumamente agradable sentir el calor que su cuerpo deja en la cama, su olor en las sábanas.
Su presencia, su habitación, sus cosas, las ropas entrelazadas en el suelo, creaban un espacio de refugio, de paz. Era un escondite del mundo, donde no era consciente del paso de las horas. Era uno de los pocos sitios donde me sentía segura, uno de los pocos sitios en los que realmente quería estar. No había fronteras con su piel. Era tanta la complicidad y la entrega que lo veía como una prolongación de mi cuerpo. No había zonas prohibidas para los ojos ni para las manos.
Ahora ya ha despertado. Se esconde entre las sábanas lamentando que la noche haya terminado. Lo cierto es que a mi también me da pena. Me reuno con él bajo las sábanas y juntos nos olvidamos del mundo que nos rodea. No puede haber nadie más feliz..."



"Me dejaré llevar, a ningun lugar"

domingo, 23 de mayo de 2010

Siempre conmigo

Hemos vivido muy buenos momentos, son ya varios años juntas. Siempre me acuerdo de vosotras, mucho. Me había acostumbrado a veros todos los días, a formar parte de vuestra vida de una forma particular, y a que vosotras también formarais parte de la mía. No quiero desprenderme de esa parte de mi vida que os corresponde, porque sería dejar de ser yo misma. He aprendido muchas cosas con vosotras y de vosotras. Es mucha la confianza y la complicidad labrada a lo largo de los años.
Tengo muchas ganas de volver, de recuperar el tiempo que no hemos podido pasar juntas durante este año. Es sumamente complicado compaginar lo que supone estar tan lejos, las nuevas puertas que se abren, las nuevas experiencias con nuevas personas con los recuerdos y con lo que todavía me seguis aportando.
Solo quiero que sepais que sigo siendo una de vosotras y que siempre sereis las mejores para mí. Os quiero mucho, tanto como solo puede quererse a muy pocas personas.


"Os hecho de menos..."

viernes, 21 de mayo de 2010

Reflexión 3

"Me da miedo lo desonocido. Nunca se lo digo a la gente. No me gusta que me vean como una niña indefensa y asustada. Prefiero ocultarlo y dar la impresión de que me apasionan los cambios y las cosas que suceden sin previo aviso. Pero lo cierto es que soy de las que piensan que van a llegar tarde, van a perder el tren, el avión, el autobús...va a perder la maleta, no va a acertar a encontrar la salida adecuada del aeropuerto...Bueno, tal vez sí me gusten los cambios, pero no al principio. Al principio, cuando no sabes donde estás, la gente te habla y no le entiendes. Vas por la calle y no entiendes lo que pone en los carteles. Te equivocas de autobús, o directamente te pierdes y acabas en medio de ninguna parte...no deja de ser frustrante y desconsolador verte tan desorientada. El tiempo que tardo en tomarme todo eso a risa es el tiempo que tardo en darme cuenta de que soy capaz de sobrevivir yo solita, que no pasa nada porque al principio haya habido algún pequeño, minúsculo, insignificante problema. Debería haberlo visto así desde el principio. Hubiera sido mucho más fácil y me hubiera ahorrado el trabajo cognitivo de tener que convencerme a mí misma de la verdad objetiva de la situación. Es inutil, siempre acaba pasandome lo mismo. Hago el trabajo dos veces porque siempre tengo que realizar un doble análisis de las situaciones, porque me doy cuenta que el otro, ecológicamente hablando que es lo que interesa, es bastante pobre y me sirve de bien poco. Bueno, tal vez a base de ensayar por fin lo consiga.

domingo, 16 de mayo de 2010

Reflexión 2

"No podía numerar la cantidad de veces que se sentía como una pequeña gota perdida en el fondo de algún lugar que no sabe cuál es. Y si ni siquiera lo sabe, mal va a sentir que es el adecuado. Una gotita pequeña e insignificantem que se reduce a sí misma día tras día. Se come sus pensamientos de aperitivo que se acumulan y acaban evocándose al exterior en una nube indefinida de sensaciones, imposibles de canalizar e imposibles de comprender. A veces, incluso a ella misma le cuesta. Se repite y se obceca en las mismas palabras de siempre, coronan su cabeza de luz y continúa cerrandose a ellas sin atreverse a explorar más allá.
Añora el mar del que solía formar parte. Donde todo estaba hecho y desde donde miraba las estrellas tumbada en la arena soñando y anhelando lo que ahora tiene, solo que tal vez no lo imaginaba así. Paradójicamente ahora añora volver. A veces le parece demasiado dificil continuar. Se siente increiblemente sola e incapaz de cargar con las preocupaciones, las circunstancias que día tras día van hacinándose sobre su frágil espalda. Lo que subyace a todo este arsenal de ideas, el hecho por el cual todo le parece tan complicado, es inherente a su propia esencia, y si desaparece, ella también lo hará. - Pero no quiero, de verdad que no quiero!.


"Soy la gota que se queda, en la botella,
esa hoja que se mueve, con el viento,
la mirada que se pierde en las estrellas,
las palabras que se gastan con el tiempo..."

"Lloraba tejiendo silencios, tratando de llenar su propio vacío, su propia incomprensión..
Solía coger su corazón entre sus manos y acercarlo a su oido, para escuchar sus propios latidos,
para sentirse viva"




Grita




Es lo único que me apetece hacer. La única acción que, si llevara a cabo, me sentiría identificada con ella en estos momentos.
Todo se debe a esa sensación tan incómoda de que la vida te atrapa a tí y no tú a ella. Ella es la que tiene tu cabeza en el yugo, y la que ahora dirige el camino, independientemente de lo que tú quieras hacer.
Realmente me molesta estar sola en estos momentos, y sobre todo pensar que voy a estarlo todo el día. Eso todavía hace que me sienta más atrapada. El ritmo de la semana ha sido realmente alto y como consecuencia estoy exhausta. Lo peor de todo es que todavía quedan dos más, peores aún si cabe, ya que al trabajo constante hay que sumarle los agovios y las preocupaciones de los exámenes en sí mismos y no solo de su lejana sombra.
Sin embargo, estoy satisfecha. No he perdido el tiempo mientras veía como otros lo perdían, aunque supongo que pueden permitírselo. Y lo más importante, las inconmensurables ganas de gritar y de romper han sido bien canalizadas por mi indispensable corteza prefrontal. De modo que debo dar las gracias por el autocontrol.
Y con toda la poca resignación que me queda en estos momentos y la mucha responsabilidad que se me ha proporcionado con la socialización, (demasiada, cada vez estoy más segura) volveré al circulo que muy pocos logran romper y abandonar (dentro de los cuales yo no estoy incluida)...mierda.

viernes, 14 de mayo de 2010

Reflexión 1

"Bueno, y ahora dime qué es lo que ves. - Nada, le dije. Y era la verdad. Por mucho que me esforzara, no veía nada. Bajé la mirada e intenté alejarme del lugar. Comenzaba a sentirme incómoda y con ganas de llorar. No me gustaba llorar delante de los demás, y mucho menos de él. Me cogió por el brazo y me obligó a quedarme. - ¿Estas segura? Vuelve a mirar y fíjate bien. Vamos, no seas testaruda. Inténtalo de nuevo- . Alcé la cabeza desde mis pies, lévemente. Me esforcé de nuevo por mirar más allá. Me agarró de la mano, con fuerza. Pero esta vez no era para que no me fuera. Podía sentir su energía fluyendo por mis venas. Me transmitió valor y fortaleza, algo de lo que yo carecía y a él le sobraba, algo por lo que había sufrido, como mostraba la cicatriz en su pecho de años atrás. - Veo algo pequeño y frágil moviéndose en el horizonte. Esta intentando mantenerse a flote, pero le cuesta mucho. Es como si algo estuviera tiarando de él desde abajo. Patalea e intenta liberarse. Sentí una enorme tristeza y el corazón se aceleró. Las ganas de llorar aumentaron.
Me giró entonces hasta encontrarme con sus ojos verdes. Me miró fijamente y me dijo.- Ya lo has visto. Ahora debes actuar antes de que sea tarde. Yo no puedo ayudarte a eso-. Me cogió la mano y la guió hacia su pecho, tocando con ella su cicatriz. No era la primera vez que lo hacía. Siempre solía enseñármela e invitarme a recorrerla con mis dedos materializando el valor y la fortaleza que se escondían tras ella. Era su manera de recordarme que siempre, bajo cualquier circunstancia, jamás debía sucumbir y que si lo permitía, ambos valores tirarían de mí cuando todo lo demás no lo hiciera.
Me giré entonces de nuevo hacia la visión. Alargue el brazo, tocando el límite del espejo que tenía justo en frente. Debía enfrentarme y debía hacerlo sola. Cerré los ojos y me sentí transportar a otro lugar. Era un lugar conocido pero a la vez extraño. Volví a encontrarme de nuevo con la visión anterior, pero esta vez estaba mucho más cerca. Acerté a visualizar que se trataba de una chica joven y que todavía estaba luchando por deshacerse de algo que la empujaba hacia abajo. En un impulso corrí hacia ella. Sabía que tenía que ayudarda. La cogí de las manos y tiré de ella con todas mis fuerzas. Sabía que él estaba conmigo, y lo sentía tirando de ella a la vez que yo. Por fin lo conseguimos. Del impulso, salí disparada hacia una pared cercana y me golpeé en la cabeza. Antes de desvanecerme, me di cuenta que aquella chica era yo misma...
Cuando volví a despertar, estaba de nuevo en mi cama. La cabeza me daba vueltas todavía, supongo que del golpe. Allí estaba él de nuevo, sentado y mirándome con una sonrisa. Muy pocas veces sonreía.- Estoy orgulloso de tí, me dijo. Se acercó y me abrazó. Pude sentir de nuevo su fuerza y su valor envolviéndome. Aquella noche se marchó y ya no volví a verlo..."

jueves, 6 de mayo de 2010

La clave está en la confianza

No podemos ceñirnos a experiencias pasadas (sobre todo a las malas) en nuestro avance por la vida. En inevitable que estas formen una parte inseparable de nuestra vida. Debemos aprender, a base de golpearnos contra la pared, a ser cautos y precavidos a la hora de elegir compañías. Este es el aporte principal que deben proporcionanos las malas experiencias pasadas. Sin embargo, nunca debemos perder la capacidad de confiar en las personas ya que debemos mostrarnos seguros de nosotros mismos y considerar que hemos aprendido la lección pasada y que esta vez hemos elegido bien y no van a clavarnos el puñal por la espalda. Es cierto que hay personas que saben camuflar muy bien su personalidad perversa y retorcida bajo una fachada de aparente bondad y disposición. Tan grande es el engaño que la puñalada es totalmente inesperada. A mi me ha pasado veces y más veces. Sin embargo me resisto a dejar de confiar en la gente y a dejar de tener fe en ellas. Hay personas que son realmente íntegras, honradas y sobre todo, llenas de buenas intenciones. La clave está en saber distinguirlas del resto (o en saber distinguir a los malos de los buenos, si se es más optimista que yo :)).

La confianza es fundamental para saber de quién rodearse, para saber a quién permitirle que penetre en el conocimiento de nuestra esencia más pura, de lo que realmente somos. No podemos ir por ahí desconfiando de los demás sin dar siquiera una opción al cometimiento de algún error que sustente dicho reproche.


Confía en mí, porque yo soy de las buenas :)

sábado, 1 de mayo de 2010

La peor época...

Comienza la peor de las épocas para la vida del estudiante universitario. Comienzan los agobios y los días de estudio intensivo. A cosa de algo más de dos semanas para empezar los exámenes, no puedo menos que empezar a sentir ese desasosiego y esa voz torturante de mi conciencia diciéndome "estudia, estudia, estudia...". Pero hoy es un día poco propicio para ello. Me he levantado cansada, no se como puede ser posible. Tal vez porque la semana anterior, en la que he tenido un examen bastante duro y en la que he tenido que solucionar varios problemas sentimentales, el estrés acumulado y los quebraderos de cabeza han hecho mella. Además, he retrasado la hora de la cita con mi chico varias horas, tan solo porque mi conciencia no me lo permite, porque tengo la esperanza de obligarme a estudiar un rato antes de verlo, y asi deshechar cualquier posible discusión debido a mi agobio y a mis pocas ganas de hacer nada aunque tenga que hacerlo.




Es un asco. El tema es que no tengo NADA preparado. No llevo NINGUNA asignatura al día. Lo peor de todo es que tampoco he tenido tiempo para hacerlo antes. Este año se está llevando la palma en cuanto a exigencia. No doy abasto, tal vez la demanda es demasiado para mis recursos.
Tal vez debería dejar pasar este fin de semana, relajarme, entretener la mente con otras cosas y comenzar el lunes y ya no volver a parar.
Espero que las perspectivas mejoren, porque sino, junio será también un mes salmantino al 100%... :S