martes, 13 de diciembre de 2011

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Recuerdo tus palabras, las que dijiste una tarde cualquiera, de esas en las que me asomaba a la ventana, y mientras yo fumaba, tú te enfadabas con el mundo. Ahora ya hace tiempo que no fumo ni que me asomo a la ventana. Ya hace tiempo que no te veo, enfadada, buscando una explicación. Pero tus palabras siguen ahí, y a veces pienso que realmente me conocías mejor de lo que yo esperaba. Sabias mirar por mis ojos y decirme algo que nadie jamás me dijo, y me atrevería a decir, nunca volveré a escuchar. Recuerdo que tus mejillas se ponían del color de tu pelo, cuando sofocada, te empeñabas en que tenías razón. Y así son las cosas, según parece. Sé que no leeras esto, ya hace tiempo que no lo haces, pero de vez en cuando te recuerdo y te añoro.