viernes, 18 de enero de 2013

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Tal vez por primera vez deberías reírte de lo ridículo que suena lo ajeno y evitar que, al menos por esta vez, lo irracional deje de sorprenderte.
Tal vez deberías ir acostumbrándote a los defraudes y plantearte que, quizás, es que todo termina siempre de la misma forma, independientemente de todo lo demás.
Tal vez al final no acabe quedando nada de provecho, nada que guardar ni conservar.
Tal vez las zorras y los lobos no sean las únicos mentirosos y malvados en los cuentos. Al fin y al cabo, las cosas nunca son como aparentan. Todo tiene dos caras, dos formas de verse y de entenderse.
Tal vez lo que fue considerado importante un día, acaba siendo insignificante y banal, y sin embargo, aquello que tan siquiera miraste termina por ser fundamental.
Todo es relativo, pues, y sino que se lo pregunten al tiempo, que de eso sabe y mucho.