martes, 24 de junio de 2014

Con y sin nostalgia

Era una imagen nítida, poco menos que real, sólo que transparente. Todo en él era transparente. Todo, menos la mirada. Quizás esto se debiera a que lo último [...] que recordaba de él eran sus ojos. O tal vez se debiera a que sus ojos eran muy cálidos y a la vez penetrantes. Lo cierto era que en la visión aquellos ojos no eran transparentes. Más bien tenía la sensación de que ella se volvía transparente cuando esos ojos la miraban. Y esto no sólo acontecía en el presente espejismo; también en la realidad había sido así.

Transparencia. Benedetti



Y la noche se evapora,
y me vuelco revolcada entre devaneos.
Y vuelan y revuelan tus ojos
tornándome transparente,
retornándome pura
en otro lugar
en otro espacio;
en tu lugar
en tu espacio