martes, 8 de febrero de 2011

No es a tí, sino a tí

¿Culpabilidad? mmm, no, sinceramente, no. La distancia es la que es y no se pueden hacer milagros. Nos condenamos a esta situación desde el primer día, de eso no hay duda, y si no lo vimos, fue culpa nuestra. Me parece bien que las cosas queden claras, que te quejes de que no me ves, de que me olvidé de todo...puedes decir lo que te parezca. Ahora bien, aqui no hay ninguna guerra, asi que no vas a ganar cuando no hay nada en juego. No se compite por nada, al menos si uno de ellos no quiere ver algo donde no lo hay, y yo no estoy por la labor.
El tiempo y la distancia impuesta limitan las horas de compañía, la comunicación es nula, tal vez porque realmente nunca te gustó hablar conmigo. Te contesto con tus mismas palabras, y quédate con lo que más te guste, pero no olvides que te tuve presente largo tiempo hasta tirar la toalla por tu propio orgullo e indiferencia. Ahora, tal vez no juegues en soledad, pero no se te olvide que yo tampoco.
La situación no es objetiva, sino que hay tantas situaciones como personas implicadas en ella. Cada uno la construye de forma subjetiva, inconscientemente, asi que ni se te ocurra volver a repetir que las cosas son como tú las ves, porque de eso nada. Hay demasiados factores personales en juego como para atribuir objetividad. Y si no quieres que comparemos nuestros puntos de vista y lleguemos a una especie de "acuerdo", allá tú con tu falsa realidad. Sigue perdiéndote entre las cuatro personas de siempre y entre los vicios que pueden contigo. Sigue esperando que te llame algún día para disculparme por algo de lo que no soy culpable y por no cumplir tus exigencias, porque tú tampoco cumpliste ni una minima parte.
He cambiado mucho, mucho desde aquel día en que nos conocimos. No recuerdo exactamente cuándo ni cómo fue, hace demasiado tiempo, pero lo que si puedo decir es que mis prioridades han cambiado, y seguir anclada en el pasado no me lleva a ninguna parte. No necesito tanto tu apoyo como lo necesitaba antes porque ya he aprendido a caminar solita, así que no jueges al dolor de corazón porque no vas a llegar a ningún lado. Y así seguiremos de ahora en adelante. Te conozco bien y sé que no eres capaz de controlar tu orgullo, así que no darás tu brazo a torcer. Pero, ¿sabes qué?, yo ahora tampoco lo haré.