martes, 28 de mayo de 2013

Puntadas.

Se aparece ante mi la dicotomía esquivada, producto de la dilatación del tiempo.
La bidireccionalidad en persona, el interrogante supremo. El qué puede más.

Malinterpretando mis pensamientos, sabiendo que algo está pendiente.
Me apresura el recuerdo y me detienen las consecuencias.

Me empuja la esencia de la neutralidad, pero positiva, del cerrojo asegurado, de la página aplanada del cuaderno, recorrida de arriba a abajo por la palma de la mano.

¿Qué será lo adecuado, lo emocionalmente razonable?
Imaginando una casualidad improbable que disperse el dubitativo discurrir. Un enfrentamiento directo e inevitable, posiblemente aclaratorio.

Es posible que la incógnita sea declarada insolucionable, indescifrable, y permanezca en estado latente, esquivada de nuevo, olvidada algún día.