domingo, 6 de junio de 2010

Esta eres tú, quien lo iba a decir, tú

"Ésta eres tú, con los ojos cerrados bajo la lluvia. Nunca pensaste que estarías así, nunca te viste... como lo dirías, como... como esas personas que disfrutan mirando la luna, que se pasan horas mirando las olas o los atardeceres o el viento en los sauces, supongo que sabes de que clase de personas hablo, o a lo mejor no. Pero resulta que te gusta estar así, pelándote de frío, notando como el agua traspasa tu chaqueta, te llega a la piel. Y el olor. Y el tacto de la tierra que se hablanda. Y el sonido del agua chocando contra las hojas. Todas las cosas de las que hablan los libros que no has leído. Ésta eres tu, quien iba a pensarlo..."

" Esta eres tú"

"Esta soy yo. Me enorgullezco de ser como soy, disfrutando de las olas del mar en una playa desierta, de noche. Siempre he soñado con un beso apasionado bajo la lluvia, de esos que salen en las películas. Me encanta la poesía, aunque me cueste ponerme a leer, sobre todo al principio, hasta que permito que las palabras me envuelvan y me hagan partícipe de lo que dicen. El arte me maravilla, aunque no sea una gran entendida del tema. Me gusta escudriñar qué hay detrás de los trazos del pincel hasta llegar a esbozar los sentimientos del pintor.

Sensible, muy sensible, pero buscando la fortaleza que haga de ella virtud. Inteligente, tal vez no para los temas cotidianos, pero sí en lo referente a la escencia de las personas, que es lo que realmente me interesa. Comprender, descifrar, escudriñar dentro de los demas y comprender el por qué de todo y aplicar ese mismo interés en mí misma.
Las cuestiones divinas me vienen demasiado grandes, de ahí que me declare "agnóstica", aunque no sé si el término es correcto.
Busco la utópica incondicionalidad en alguien especial, me niego a creer que no exista.
Los abrazos y los mimos son siempre bien recibidos, aunque primero viene la confianza.
Poco atrevida pero obligada a serlo, reflexiva y melancólica si no encuentra respuesta... [...]"

Esta soy yo. No sé si maravilla o cúmulo de desastres, pero yo al fin y al cabo, y aquí estoy, sentada sin ropa frente a tus ojos, habiendo comprendido que no puedo cambiarte, que no debo querer que cambies, sino que debo valorar si quiero aceptarte a tí y a tu amigo con el que vas de la mano, inseparables como dos caras de una misma moneda. Adorable y brusco al mismo tiempo según a quien le toque gobernar y tirar del carro. La valoración no deja de ser complicada. Pueden dejarse de lados los sentimientos y oír sus quejas dede lo más profundo del corazón mientras la razón decide, o bien dejarse guiar por ellos y resistir los golpes en la sien que la razón te propina. No es cuestión de equilibrio, me temo. Constante y pesada dicotomía...


*Ahora, en este momento, quisiera que estuvieras aquí conmigo...