lunes, 21 de junio de 2010

Y perdimos el norte...

Pues si, puede decirse que lo perdimos. La sociedad anuló al individuo como elemento especial y único, lo absorbió y juntó todos los individuos en una masa informe sin identidad, haciéndole perder todo su sentido. Lo destruyó. Comenzaron a realizar medias, aproximaciones, estadisticas...medidas estandar para continuar con la progresiva anulación de la maravillosa variedad. Es cierto que es necesario estimar lo que viene siendo lo "normal" para ciertos aspectos de la vida, ciertos estudios...puede ser necesario para progresar. Pero se ha desbordado. Esa no-identidad intenta colarse hasta en los aspectos más fundamentales y personales, aquellos que hacen que alguien sea quien es y no otro.
Perdimos el norte cuando permitimos que la sociedad se hiciera dueña de nuestros valores. Pero es culpa también de nuestra propia "pereza intrínseca". El ser humano es vago por naturaleza. Dejarse llevar es lo más sencillo, dejar que otros piensen por nosotros y absorber como una simple esponja los conocimientos, las creencias y las ideas que se nos van dando progresivamente durante nuestra socialización. Para muchos, se trata de un proceso de mera acumulación e imitación de patrones. No se da una verdadera asimilación y un verdadero análisis crítico que permita extraer conclusiones propias y que sean estas conclusiones, desarrolladas por nosotros mismos las que vayan forjando nuestros propios valores a lo largo de nuestra vida. A pesar de que considero que existen valores inamovibles y comunes para todos, a los cuales cualquier persona por el mero hecho de ser racional puede considerar como primordiales. La razón es universal, no entiende de culturas, es puramente objetiva. Si logramos eliminar toda la subjetividad que nos invade por el hecho de habernos criado en una determinada sociedad, todos alcanzaríamos a discernir los mismos valores fundamentales e inamovibles. Luego, el resto de valores, no menos importantes sino aquellos que nos identifican como una persona u otra y que nos orientan en nuestra vida cotidiana elaborando un tipo de comportamiento u otro son los que dependen de nosotros mismos, de nuestro propio raciocinio y de otras variables, digamos más de tipo ambiental y personal-emocional.
Perdimos el norte cuando permitimos que la belleza física se convirtiera en la base del autoestima. Los estereotipos sociales crearon modelos supuestamente "ideales" que debemos anhelar, desear ser y esforzarnos para ello. Un cuerpo proporcionado y una cara bonita pasaron a convertirse en el sustento del propio autoconcepto. A la gente suele alagarle mucho más que le digan que es guapa y que esta delgada a que le reconozcan su inteligencia. Pero la belleza es efímera y no es objetiva sino que depende de los ojos que la miren. Hay algo mucho más fundamental dentro de nuestra propia esencia. El verdadero objetivo de la vida es sentir esa llamada "paz interior", esa sensación de estar satisfecho con uno mismo, de tener metas, de ir cumpliéndolas... la progresiva consecución de esta paz es lo debería generar el amor hacia nosotros mismos. La belleza física no debe ser una variable influyente en lo que a autoestima se refiere. Todos flaqueamos en algún momento, sobre todo cuando somos más vulnerables, en la adolescencia. La adolescencia es un periodo dificil, en el cual se esta produciendo un cambio importante. Las influencias externas son fundamenteles para el desarrollo, para el paso de la niñez a la edad adulta. Y la sociedad succiona el cerebro de los adolescentes e intenta implantarle las bases para la futura formación de principios, basados en ideas superfluas y llenas de conveniencia económica. El hecho de basar la autoestima en la belleza física puesde terminar en desequilibrios alimenticios en general. La disconformidad entre el prototipo deseado y la realidad (además normalmente alterada a peor) crea un sentimiento de culpabilidad, que intenta solucionarse sometiendo al cuerpo a un castigo, al caos. Todo para tratar de parecerse a esa imagen. Todo para nada a fin de cuentas. Esta en nuestra mano evitar prolongar la adolescencia durante toda nuestra vida. Reconozco que yo también pasé por ahí y me detuve un buen rato hasta darme cuenta de que me estaban manipulando. Para eso tenemos un "craneo privilegiado", así que, ¿por qué no lo usamos?
Perdimos el norte, aunque sinceramente, no sé cuando comenzó ni hasta donde va a llegar. No quiero imaginarlo...

"Pensar está al alcance de todos."


PINTURAS DE ISABEL GUERRA , superrealismo
(a la que adimiro profundamente. Adoro ese aire de absentismo del mundo, de divagación mental con el que dota a sus pinturas)"