viernes, 14 de junio de 2013

Fuiste.

Ahora estás aquí, ahora estoy aquí. Abrázame para que piense alguna vez en tí.

Fuiste la palabra que quebró mi pensamiento, fuiste la miel en mis labios. Fue una conexión espontánea, pero real e intensa, aunque posiblemente no recíproca.
Como si ya te conociera, como si supiera que la magia que rodeó cada uno de nuestros instantes fuese a desvanecerse, pero a permanecer en mis recuerdos, para que jamás se me olvidase que existía algo más allá, algo maravilloso y desconocido que un buen día se te presenta y de lo que no quieres desprenderte, aunque en el fondo sepas que no puede prolongarse.
Era un prototipo, un sueño, de carne y hueso, con unos preciosos ojos azules y una dulce sonrisa que provocaba la mía. Un dulce sabor en los labios, un cálido escalofrío en la piel. Y además, Italia.

Ahora no estás aquí, ahora no estoy aquí. Pero el silencio es la más elocuente forma de mentir.

Y así son las cosas. Echaré mano de mi locus externo, y le echaré el peso al destino, y a su extraña forma de jugar conmigo, que se me antoja, cuanto menos, incomprensible. En su mano queda, en su mano dejo no solo esto, sino todo, porque uno acaba exhausto de intentar llegar a comprender por qué suceden las cosas, por qué alguien aparece de repente, sin esperarlo, y se marcha con las mismas. Dejaré de tratar de entender y, simplemente, me dejaré llevar. Ojalá que se apiade de mí, y no haga este tortuoso camino aún más complicado e ininteligible.

Ojalá...tantas cosas...

No, it isn't
I can feel that it's all right.