Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé, ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma
,y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: "Levántate y anda"!
Gustavo Adolfo Bécquer
Es increible como algo tan cotidiano, que puede pasar desapercibido, como el arpa puede convertirse en el objeto de un poema ser descrito y citado con tan bellas palabras e incluso utilizarse como métafora.
Todas las pesonas tenemos algo durmiendo en nuestro interior, algo que ni tan siquiera sospechamos que poseemos. En muchas ocasiones, es alquien de fuera el que lo descubre y nos lo descubre, lo despierta y nos lo hace saber...