miércoles, 19 de agosto de 2009

No cuesta tanto...

...estar bien. Es ese sentimiento tan extraño. Estas bien. Estas contenta, no te sientes sola. Vas y vienes con tus compañeras y amigas, te sientes arropada. Te ries. Se rien. Quedas, tomas algo. Paseas, estudias, preguntas dudas, tomas poco a poco confianza, te sientes bien. Llamas. Te llaman. Volvemos a quedar, van y voy. Saludas, despides, hasta mañana. Te vas sintiendo dentro, poco poco, recuperando el tiempo perdido, tal vez, incluso desperdiciado. Hablas con los que están lejos, con los que van a seguir lejos y con los que van a venir pronto. Te sientes bien. La confianza no se ha perdido a pesar del verano sin vernos. Viene gente extraña, se pasea por el piso. Me visitan los testigos, me enseñan a leer la biblia...sientes que estas en el mundo, sientes que existes, y no te sientes sola. Estas bien. Empiezas a ver las cosas con optimismo. Tal vez este año sí... tal vez este año sí...
He mejorado mucho, muchísimo. He crecido. Soy...digamos que, tal vez aumenté mi talento para la supervivencia.
Pero, estar bien, no es lo mismo que ser feliz. A pesar de todo, no sientes la plenitud propia de la felicidad. Te falta algo.
Según las calles por las que paseo, los establecimientos que veo, me doy cuenta de que a pesar de que estoy bien, necesito algo más. Hoy, al ver el banco Santander e ir a sacar dinero, me di cuenta que hace dos meses, también fui a sacar dinero a ese mismo banco, pero las circunstancias eran completamente distintas. Hoy era para tomar un batido en el mandala con mis amigas. Hace dos meses era para tomar un helado contigo. Total, al final el dinero no me sirvió de mucho, porque, como casi siempre, acabaste invitándome.
He cambiado. Me lo dicen. Lo digo. Lo siento. Soy más fuerte. Estoy dispuesta a enfrentarme a todo, a cualquier cosa que la vida me ponga por delante. No voy a desistir. No me voy a hundir. NO ¿Qué mejor que luchar por lo que se desea en vez de derrumbarse ante las dificultades?
Estoy concienciándome, poco a poco, para ser capaz de aceptar las situaciones tal y como vengan. Pero eso no significa que no pelearé con uñas y dientes para intentar cambiarlas si no me gustan.
La situación no me gusta, por eso, trataré de cambiarla, en cuanto pueda. Si no quieres que suceda, tendrás que pararme tú, porque yo, no voy a detenerme. Por nada, tan solo, si tú me lo pides, desistiré.
Contigo, siempre haré una excepción...