Parece mentira lo mucho que han cambiado las cosas desde que me fui. Hace cosa de 10 meses, erais inseparables. Todos los días juntas, conviviendo o no, pero siempre juntas. Sin problemas, todo iba sobre ruedas. Pero de un tiempo a esta parte, por unas cosas o por otras, el jardín se desmorona. Enfados con una, con otra, no salgo por una, por otra, la una me dice, la otra me cuenta...yaaaa!!!
¿No recordáis los buenos tiempos ni los buenos ratos que pasamos juntas? ¿Que hay de la comida “hippie” en los pinos?¿y de los videos en el cuarto durante el verano?¿y del Cipotegato del año pasado, todos juntos?¿ Dónde quedó todo eso?
No os ciñáis a los problemas actuales, no cerréis las puertas. Pensad en los buenos momentos, en las risas, en los bailes, en las canciones (o gritos). Realmente no sentís tanto odio la una por la otra. Es la ira, el enfado, el que no os deja ver más allá, hasta el punto de que ya no sabéis ni por qué estáis enfadadas. Sentaos frente a frente, sin perjuicios, sin ideas preconcebidas, y...hablad, aunque solo sea eso. Aparcad la vergüenza y el orgullo a un lado, echadle valor, y no os refugiéis en el rencor, no os hagáis daño.
Todos cometemos errores, es cierto, y todos somos distintos. Debemos aprender a perdonar y debemos aprender a aceptar nuestras diferencias con los demás. Ser más comprensivos y empáticos, y en caso de estar al límite, pararse, pensar, hablar y dejar las cosas claras, aunque tan solo sea por egoísmo, porque con el rencor, a fin de cuentas, el más perjudicado es uno mismo, porque debe mantener viva su ira y su enfado con el otro continuamente, algo agotador, contraproducente, innecesario.
Os agradezco muchísimo el verano que me habéis hecho pasar. No tengo palabras para describirlo. Me habéis hecho sentir como si el tiempo no hubiera pasado, y hubiéramos estado todo este año pasado juntas.
Pero no puedo soportar que mis pequeñas flores peleen entre ellas.
Sólo quiero que las cosas vuelvan a ser como antes y sé que vosotras también así lo deseáis.
Por favor.
